Las pequeñas gotas
uñas en el tablero
una música
ancha, baja, serena,
una liebre que duerme la siesta.
Un espacio alejado
de los bordes titubea
parece que late
quizá tiene miedo,
por eso
no se detiene entre
sístole y diástole.
Las piedras nos perciben blandos y amarillentos,
Las piedras nos perciben blandos y amarillentos,
qué suaves que son
los humanos, piensan, qué inútilmente vertebrados,
qué vagamente
estructurados. Y el hombre discute con un otro imaginario
que argumenta
moralejas, exhala leyes entre nubes de gas carbónico,
exige el socorro de
algún sustantivo aún más abstracto,
experimenta los límites como si fueran cárceles de acero inoxidable
experimenta los límites como si fueran cárceles de acero inoxidable
y nunca se olvida
de que muere,
de que muere,
de la muerte,
de lo muerto,
lo que muere.
lo que muere.
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