sábado, 2 de febrero de 2008

Como cobrarle al DIF

La recepción de un lugar completamente desabrido. Sólo hay un escritorio y en él un libro de firmas, un reloj despertador bastante grande y una lata de cuyo fondo está anudado un cordón. El cordón está enmarañado por todo el suelo y su otro extremo sale por una puerta que está junto al escritorio. En la habitación hay un banquito. Al escritorio está una recepcionista. Entra Humberto.

Humberto: Buenos días.

(No recibe respuesta)

Humberto: Hola, buenos días. Venía a ver al licenciado por el asunto de mi trámite de residencia.

Recepcionista: ¿Ya se va?

Humberto: No, disculpe. Vengo a consultar acerca de mi trámite de residencia. Aquí es la oficina de migraciones ¿No es cierto?

Recepcionista: Sí, como dijo que venía, pensé que ya se iba.

Humberto: ¡Ah! No, recién llego. Vengo a lo del trámite.

Recepcionista: Ah, muy bien.

Humberto: ¿Se encuentra el licenciado?

Recepcionista: ¿Qué se le ofrece?

Humberto: Mire: Yo soy ciudadano boliviano y he venido aquí por asuntos laborales. Estoy tramitando mi residencia temporal.

Recepcionista: Ah, muy bien.

Humberto: Y ya hice mi solicitud. Vengo a ver si se me ha autorizado la residencia, qué tengo que hacer, etcétera.

Recepcionista: Ah, muy bien.

Humberto: ¿Cree usted que pueda pasar a ver al licenciado?

Recepcionista: No en este momento.

Humberto: Bueno, entonces lo voy a esperar.

(Busca donde sentarse. Cuando se dirige hacia el banquito se tropieza con el cordón. Se duele. La recepcionista no hace el menor caso. Humberto se sienta)
Recepcionista: Señor, por favor regístrese.

(Humberto se pone de pie otra vez y va hacia el escritorio. Saca una pluma de su bolsillo y escribe algo)

Humberto: ¿Qué hora es?

Recepcionista: No sabría decirle.

Humberto: Es que no tengo reloj.

Recepcionista: (Mostrando las muñecas) Yo tampoco.

Humberto: ¿No está bien ese reloj?

Recepcionista: Está muy bien, gracias.

Humberto: Eh, no. Le digo que si no dice la hora que es ahora.

Recepcionista: Lamento informarle que este reloj no habla, aunque en algunas oficinas ya cuentan con ese tipo de tecnología.

Humberto: ¿Pero no marca la hora? ¿No me permite ver la hora?

Recepcionista: No le puedo prohibir que lo haga. Usted, aunque no es ciudadano, mientras esté dentro del territorio nacional está amparado por las leyes de nuestra constitución y aunque no estoy al tanto de la legislación vigente en su país de origen, aquí siéntase libre de hacer lo que guste.

Humberto: Gracias. (Espía la hora y la dice en voz alta) Las doce y cinco.

Recepcionista: ¿Va a escribir la hora?

Humberto: Sí, aquí donde dice hora de entrada ¿No es cierto?

Recepcionista: Sí ahí, pero no la escriba.

Humberto: ¿No hay necesidad de poner la hora?

Recepcionista: Sí, pero usted no llegó a las doce y cinco. Debe llevar aquí por los menos tres o cuatro minutos.

Humberto: ¿Pongo que llegué a las doce?

Recepcionista: Yo no le puedo indicar que poner señor. Pero ¿Llegó usted a las doce?

Humberto: Más o menos ¿No?

Recepcionista: No sabría decirle.

(Humberto desiste de registrarse)

Humberto: (Señalando la puerta junto al escritorio) ¿Podré pasar a ver al licenciado?

Recepcionista: El licenciado no se encuentra ¿Le puedo ayudar en algo señor?

Humberto: ¿No se encuentra? Ah, chispas. No sé si usted estará al tanto. Sólo quiero saber si mi solicitud fue aprobada.

Recepcionista: ¿La solicitud de qué, perdón?

Humberto: De mi residencia temporal.

Recepcionista: Ah, no sabría decirle.

Humberto: Y no hay alguien más que me pueda atender.

Recepcionista: ¿Cómo quién puede ser?

Humberto: No sé, alguien que sepa.

Recepcionista: A ver, permítame un minuto.

(La mujer toma la lata, sopla dentro un par de veces, se la pone al oído y espera)Recepcionista: No, no hay línea.

Humberto: Uh, bueno. Tal vez sería mejor venir otro día. Gracias por todo señorita.

Recepcionista: De nada, estamos para servirle.

(Humberto va a salir por donde vino y las palabras de la recepcionista lo detienen)
Recepcionista: ¡Señor! (Indicándole la puerta junto al escritorio) Por aquí está la salida.

Humberto: ¡Ah! Disculpe. Con permiso ¿Eh? Que tenga buen día.

Recepcionista: Propio.

5 comentarios:

Unknown dijo...

Te estoy leyendo, está muy bueno. Te mando un abrazo gigante, amiga.

Ceteris Paribus dijo...

No sé si reirme o llorar!

*Biquie* dijo...

Hola Lucy!!! qué gustazo leerte por acá... pasaré seguido a chismear y a saludar jijijiji.

Besitos ensalivados y tronados!!!

Ana Elena dijo...

Luci!
Qué buena te quedó.
Te felicito.
Me gustó leerte.
Un abrazo.

Luisz dijo...

Si bueno, ayer pasé por algo en el banco jajaja. Tuve que hacer un cheque por 66 centavos (cheque del que la comisión por emitirlo es de 6 pesos). Al final me los devolvieron pero fue toda una mañana perdida.


Saludozzz