martes, 22 de enero de 2008

Roberto Arlt déjame sola o escucha mis plegarias

Estoy leyendo Los Siete Locos. Creo que estoy mal de la cabeza. Roberto tabién tenía problemas mentales, pero por lo menos era buen novelista. Déjame en paz Roberto Arlt. ¿Cómo se atreve un muerto a rascar así entre las profundidades del alma de alguien que no conoce? Ojalá y algún día pueda vengarme y los libros que yo escriba, después de mi muerte ahoguen estudiantes erráticos entre la salud y la nostalgia.
Yo creía que quedaba algo de niña bien en mí. Éste fue mi duelo. Ojalá me estés escuchando Roberto. Ojalá ésto sea lom que querías. Qué a gusto estar muerto como tú. La cosa es que no disfrutaría de mentarte la madre. Te agradezco por la catarsis. A todos los interventores de este monólogo con el difunto, lean Los Siete Locos o retuérzanse de la curiosidad.
La breve siesta que nos permite la certeza de la locura sirve de vez en cuando ante lo pútrido alrededor, los que no sienten nada, los que no se apasionan. Maestro Arlt... contágiame aunque se3a un poquito. Te lo suplico. AMÉN

1 comentario:

Guillermo Vega Zaragoza dijo...

Bienvenida al delicado infierno de Artl.

Y eso que todavía te falta El juguete rabioso y El criador de gorilas.

Besos muchos.

G.