martes, 20 de abril de 2010

Auto sacramental I

Orgullo: Cuatro en lingüística sólo es la excepción que confirma la regla: lo que mejor te sale es comenzar de nuevo.

Humildad: Sí, eso o que eres una estúpida.

Orgullo: No, no. No puede ser eso. Acuérdate: tú eres una chica inteligente, sensible, audaz.

Humildad: Insegura, lenta…

Orgullo: Bueno… pero son cosas que no son importantes. No significa nada sacar un cuatro.

Humildad: A mí me importa.

Orgullo: ¡No te importa! ¡Sólo te haces la víctima! En el fondo sabes cuáles son las cosas importantes.

Humildad: ¿Tú me vas a decir a mí de las cosas importantes? Esto sí que no me lo esperaba.

Orgullo: Sí. Te voy a decir. No me importa que creas que soy un pendejo. No lo soy. Sirvo de mucho. Estoy aquí por la esperanza ¿Qué no ves?

Humildad: No, no, no, no. No. A ver… un poco de historia, querido. YO estoy aquí por la esperanza. “Los últimos serán los primeros”. No sé si te suena.

Orgullo: No. No puedes. No puedes salir con una mamada de esas. ¿Qué tienen que ver contigo esos fundamentos? ¿Me vas a decir que todo es culpa de unos putos libros?

Humildad: Ah, ¿Y tú? “La Esperanza”. No te la jales man. Te estás pasando para el otro lado. Ese es MÍ lado.

Orgullo: ¡Eso de los lados es una mierda! ¿Por qué tengo que ser malo? ¡No soy malo! ¿Quién lo dijo? ¿Por qué todos le creen?

Humildad: No te pongas así. Se supone que esa es la verdad. No digo lo de los libros… no son los libros sino la verdadera verdad. Las cosas que uno sabe que están bien.

Orgullo: Pero, a ver… ¿Entiendes que me estás diciendo que tengo que pensar que yo pertenezco a ese otro lado?

Humildad: Eso te estoy diciendo. Es como es.

Orgullo: ¿Cómo podría pensar eso de mí mismo?... Aunque todos lo crean… Si yo creyera en eso no podría existir. No soportaría.

Humildad: Pero se supone que tú… Que a ti no debería importarte. Vaya, dicen. Decían que a ti no te importaba nada de eso.

Orgullo: Sí… se supone que así debería ser.

Humildad: ¿Qué tienes?

Orgullo: Nada. No tengo nada. Es que, si de verdad existe “La Verdad”, no entiendo cómo ella pudo creer que unos pudiéramos estar sólo de un lado. Por qué puso ese estúpido límite entre las dos cosas. Arbitrariamente.

Humildad: No sé. Se supone que ella sabe. Por algo debe ser. En última instancia siempre queda la posibilidad de elegir de qué lado ser.

Orgullo: ¡Elegir! ¡Chingada madre! ¡Ese es el puto problema! ¿Por qué carajos hay que elegir? ¡No se puede empezar nada sin elegir! Es como un jodido truco. No es cierto que uno escoja nada. Estamos y somos antes de haber tomado ninguna decisión. Además, ¡Cómo podemos elegir si sólo hay dos caminos que conducen al mismo sitio! Se le hizo fácil. Se le hizo fácil pintar una raya y ponernos a unos de un lado y a otros del otro. Creyó que simplificaría las cosas pero no lo hizo. ¿Quién le dio a ella el derecho de decidir eso? ¡De decidir por nosotros! Si hubiera un consenso, si a todos nos pareciera bien eso. ¡Incluso así! ¿Ves? Está todo mal desde el arranque.

Humildad: ¿Dices que, si todos estuviéramos conformes, incluso eso probaría que el duelo no tiene sentido?...

Orgullo: Sí.

Humildad: Sí… puede ser.



Humildad: ¿Sigues ahí Lucía?

...

Humildad: Perdón… Nos desviamos un poco… Si quieres, vete… Cuando arreglemos esto te avisamos… ¿Va?

1 comentario:

Análisis Textual I dijo...

De 4 y otros duelos... por suerte se la han tenido mas dificil esos dos, "such a piece ok kake" van a decir a continuación. -mientras se dan cuenta que manejan el street english-, y a otra cosa mamiposa.
Precioso texto preciosa.
un abrazo

g.