jueves, 11 de marzo de 2010

Diálogo tipo

Ayer tuve un examen oral de Problemáticas de la literatura. ¡Chan! Dios mío… Qué carajos es eso. Leí unas fotocopias que ya había leído y no había entendido nada. Las leí, las subrayé, acomodé unas frases con unos títulos en una ficha bibliográfica y les expliqué lo que entendí. Me resultaba increíblemente invulnerable la cara de palo de la profe, que se sentaba extrañamente cerca, al lado del chabón que revisó mi trabajo en cuyos ojos traté de apoyarme el resto del tiempo, tratando afectadamente de también hacer referencia a los otros dos ayudantes alumnos, uno a mi derecha y otro a mi izquierda, porque sus sillas ocupaban espacios atrás de la mía.

Si yo miraba para el frente veía a la profe enmarcada, como diría Trépliev, en un pedazo de pared color ocre gris.

Hablé durante seis minutos más o menos. Después de explicar el último punto de mi fichita, cuando sentí que había terminado lo hice. La profe miró su reloj y sugirió algo como que qué bueno que había terminado porque ya era hora de cortar. Yo pensé, sí… ya se había acabado el tema. Después ella tomó la palabra y me dijo un par de cosas que se suponía que yo tenía que haber sabido. Y después sonrió un poco y miró alrededor. La luz que entraba por la ventana le dio en la cara y miró para afuera, que hay una plazoleta. Parecía que había un balón flotando en algún lugar. Conversamos un par de cosas todos los que estábamos ahí. Cruzamos dos o tres palabras. Me hicieron un par de notas acerca de mi trabajo escrito, una de ellas fue que tengo que usar más términos técnicos y ser precisa en la terminología. ¿Dudas? ¿Comentarios?

Freud no inventó nada. Siempre que yo he ido al doctor ha sido así.

.- Dígame doctor: ¿Cuál es mi problema?

El doctor es una especie de tío. Un tipo que decidió mudar la mesa de su cocina a la oficina.

* ¿Alguna vez ha tenido la sensación de que le pican bichos o parásitos que en realidad no le pican?

.- Eh… bueno… ¿Cómo podría saberlo?

* ¿Lo ha sentido?

.- No, no creo haberlo sentido, bah, me pica a veces algo, no sé, pero me pica nomás. O sea, me rasco.

* Ajá. (Pausa)

.- Oiga doctor… ¿Y hay alguna manera especial de lavarse las orejas?

* No. Con el dedo, supongo.

Enjabone su dedo y páselo por la oreja ¿Eh? Así, qué sé yo.

No por adentro. Por adentro no es necesario porque se limpian solas.

.- Sí ¿no? Qué buena onda.

Bueno pero a mí a veces me pica por adentro.

* Bueno. En ese caso tendría que usar el antibiótico. Pero sólo ese día. Una gota. Nada más ese mismo día y en ese momento.

.- ¿El frasquito ese que usted me dio? ¿Con las gotas?

* Sí.

.- ¿Yo lo uso cuando crea que es necesario?

* Sí.

(Lo interrumpo)

.- ¿Y lo interrumpo en seguida?

* Sí. Tal vez lo necesita. Sólo en ese momento.

.- Mh…

A veces uno se pregunta cómo hay gente que pueda saber eso ¿no? Hay gente para todo. Hasta hay una canción de Calle trece que dice eso.

¿Siente que estuvo bien que le viniera a ver doctor? ¿Cree?

* Sí. Sí… Creo que sí.

.- Una última cosa doctor. Porque veo que usted se depila también las cejas. ¿Sabe en quién puedo confiar para que me realice ese procedimiento?

* Sí. Ya mismo le llamo a mi hermana y le copio el teléfono.

Lo acompaño afuera.

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