domingo, 17 de mayo de 2009

Leaves

Las hojas se caen cuando llega el otoño, incluso antes, cuando hay mucho viento y poca lluvia. Las personas se van cuando deben hacerlo. Intentan justificar siempre su partida como las estaciones suceden. Y uno de estos días a las plantas les nacen nuevas hojas, pero las personas se duelen cuando han perdido algo.
.- Son tan lindas las plantas en su pedazo de tierra. La tierra. De vez en cuando La Victoria navega entre bosques de algas y me parece tan rara esa tierra de la que se arraigan allá en lo profundo, sepultada bajo tanta agua-.
Toda esa tierra piensa el capitán en su duelo. Si hiciera un recuento de todo lo que dejó atrás, bien podría ir vestido de negro. Extraña las plantas. Ha dibujado en su bitácora un árbol intrincado y nudoso que se parece a un nogal aunque no sabe bien qué es… es un árbol, los árboles, una estampa que puesta muchas veces en la misma hoja de papel ilustraría un bosque tan frondoso como uno quisiera. Pero no quiere repetirlo, porque la mano temblaba un poco cuando sostenía el carboncillo y la voz sin decir nada temblaba también. Algunas lágrimas cayeron sobre el dibujo y al árbol le nacieron racimos de frutas. Y, aunque a veces sucedan estas cosas, el capitán no se deja llevar por el dolor. Porque allá le esperan hectáreas enteras de bosques que no se atreve a dibujar: no tiene con qué colorear tanto verde ni ninguna pluma podría entintar tan fabulosos plumajes, ninguna tiza podría iluminar toda esa luz, en ninguna hoja cabrían todas esas hojas.

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